Montecristi, octubre de 2025 – En la comunidad rural de Manantiales, una zona históricamente golpeada por la escasez de agua y la falta de oportunidades laborales, nace un proyecto que promete cambiar el rumbo del desarrollo agrícola local: el Proyecto Agroindustrial de Siembra de Camote Amarillo con Sistemas de Riego Tecnificado, una iniciativa que busca reducir la pobreza rural, promover la producción sostenible y generar empleo digno para jóvenes y mujeres.
Durante años, las familias de Manantiales han visto cómo sus tierras fértiles permanecían improductivas por la falta de agua. El intento de cultivo de camote amarillo realizado en 2024, que terminó sin éxito por no contar con riego tecnificado, dejó en evidencia la necesidad urgente de infraestructura hídrica eficiente que garantice la sostenibilidad agrícola y económica del sector.
Este nuevo proyecto plantea una intervención integral que combina tecnología, capacitación y valor agregado. Su objetivo es instalar sistemas de riego tecnificado en 12 hectáreas, lo que permitirá optimizar el uso del agua hasta en un 70%, garantizando la producción constante y sostenible del camote amarillo.
Además, el plan incluye la capacitación de 90 productores locales –priorizando la participación de mujeres y jóvenes– en técnicas de cultivo sostenible, manejo del agua y buenas prácticas agrícolas, fortaleciendo las capacidades de la comunidad para adaptarse a los efectos del cambio climático.
Una de las metas más importantes del proyecto será consolidar una cadena agroindustrial comunitaria, que transformará el camote amarillo en productos con valor agregado como chips, harinas y dulces, impulsando la creación de microemprendimientos rurales y abriendo nuevas oportunidades de mercado.
Con la ejecución de este proyecto se estima la generación de al menos 90 empleos directos, además de múltiples empleos indirectos ligados a la producción, transformación y comercialización.
El Proyecto Agroindustrial de Siembra de Camote Amarillo se convierte así en una respuesta concreta y visionaria frente a los desafíos rurales de Montecristi, un modelo de producción sostenible y solidaria que demuestra que con planificación, innovación y organización comunitaria es posible construir un campo más productivo, inclusivo y resiliente.